Le salvé la vida al pez

Adrian Salama
3 min readJun 9, 2020

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Te podrías preguntar, qué tiene que ver un pez en esta historia de psicología y consciencia. Y realmente creo que tu pregunta está en el perfecto espacio y tiempo de esta extraña narrativa.

Bagly es un pez que le regalaron a mi hijo, los hijos de una amiga de mi esposa. Y si tienes hijos sabes lo terrible que puede ser que te regalen una responsabilidad. Seamos honestos, con nuestros hijos e hijas, pues los queríamos o se nos colaron, pero al final son 9 meses y en algunos casos menos, para hacerte a la idea pues que serás padre o madre. Pero de ¿un pez? De eso sí que no tienes el tiempo de prepararte.

Hay un paréntesis. Es fácil para muchas personas, simplemente recibir el pez y hacer lo que se te pueda llegar a ocurrir hacer con respecto al cuidado de un pez. Pero pues yo no soy cualquier normal, yo soy de esos que abusan de google y youtube, viendo cómo cuidar al pez al que le tomaste una foto con el celular para correlacionarla con fotos de google y así encontrar que tipo de pez es, para así buscar los menores cuidados y ya que estamos ahí, por qué no seguir con las conductas y hasta si tu pez tiene o no tiene depresión.

Pues eso soy yo. Entonces, nos regalaron una responsabilidad y yo me gané un conocimiento más random, pero interesante en mi consciente inconsciente. Pues como niño con juguete nuevo en plena navidad, este pez se volvió una obsesión. Necesitaba de burbujas, porque el oxígeno en el agua se puede disolver más si hace calor. Necesitaba un filtro biológico y de sedimentos, pues por qué no le veo necesidad de estar cambiando 20 litros de agua a la semana. Y por supuesto la comida con vitaminas especiales para la especie de pez que tenía.

El chiste de todo esto, es que he estado tan pendiente de cómo se vive este pez y las cosas que hace, que me fijé que el alimentador automático que tiene, para darle de comer cada ocho horas, se veía mojado y por lo mismo la comida se veía pastosa. Esto me hizo poner mucha más conciencia sobre la conducta de este animal y me di cuenta que se veía mucho más triste. Cuando por fin la máquina giró para darle de comer, no salió nada de comida debido a que se había hecho un bolo alimenticio por la humedad que había adquirido el aparato. Esto significaba que entonces el pez había pasado ya por lo menos 3 o cuatro comidas que no obtenía alimento.

Al final, resolví el problema lavando y secando el aparato. Sin embargo me hizo pensar, cuántas veces por no estar prestando atención a las conductas de nuestras personas de alrededor, nos estamos perdiendo muchas veces un factor importante de cambios en sus conductas o en sus mismos hábitos. Hoy le salvé la vida a este pez, pero ¿cuántas veces nos hemos evitado ser conscientes y tal vez salvarle la vida a un ser humano?

Ser conscientes de otras personas es tan importante como ser consicentes de nsootros.

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