Esto me sucedió con mi hija
Hoy me sucedió algo muy interesante con mi hija y quería compartirlo contigo. Íbamos en la calle caminando rumbo a su escuela y estábamos platicando sobre ruidos de animales. Cuando ella me quiso explicar qué ruido hacía un pokemon, me dijo que mejor no porque le daba pena. Esto me sorprendió, ya que normalmente en mi familia la comunicación siempre está abierta. Le pregunté por qué le daba pena y me comentó que porque estábamos en la calle y alguien la podría escuchar.
¿Cuántas veces por pena nos quedamos con ganas de decir o hacer algo?
La detuve y le dije que a la única persona a la que la detenía esta pena, era a ella y al ella detener su necesidad, nos hacía daño a ambos, yo ya no sabría qué ruido hace un pokemon y ella se censuraría de algo que ella deseaba compartir.
Me pidió que antes de ella hacer el ruido, lo hiciera yo. Me lo susurró al oído y lo imité a todo pulmón. Seguro alguien me volteo a ver y sabes qué, que no me importó.
Los padres y madres debemos de ser ejemplos a seguir de nuestros hijos (as). Es de mucha ayuda que desde pequeñas(os) sepan que se pueden expresar sin miedo y así ahorramos unos años de terapia o de dolor innecesario.
Pensé también que muchas personas que yo conozco no conocen su habilidad única y eso también es una desgracia para la humanidad entera. Es importante que cada uno de nosotros (as) sepamos qué nos hace únicos y cómo podemos explotarlo. Es por eso que también me atrevo a invitarte a que vengas a la universidad Gestalt y tomes mi taller gratuito sobre cómo encontrar tu habilidad única (super poder)
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