Controlar o adaptarse

Como seres humanos odiamos que las cosas no sucedan como nosotros queremos. Sin embargo la duda surge justo en la misma afirmación. ¿Cuándo algo ha salido como nosotros queremos? Pero de verdad, “exactamente como queremos”

Hemos aprendido a modificar el ambiente, eso es real. Creamos casas, tenemos tecnología, tenemos medios de abastecimiento y refrigeración que hace menos de 100 años la gente no soñaba. Sin embargo, seguimos sin controlar todo. Sólo somos espectadores del poder de la tecnología.

En su mayoría, las personas sufren por exactamente esto. La ilusión del control. Creer que podemos controlar las cosas y que por acción de una divinidad resentida, no pudimos tener lo que deseábamos. Cuando tenemos lo que deseamos, de inmediato podemos hacer dos cosas, le agradecemos a una divinidad o simplemente sentir que hemos hecho las cosas correctamente. Esta ilusión de control y de apoyo de un poder superior nos quita nuestro verdadero poder, el poder de adaptarnos.

Cuál es la diferencia?

La diferencia entre el control y la adaptación está en dónde se pone la atención. Cuando quieres controlar algo, tu atención está fuera de ti, A diferencia de la adaptación, que ocurre cuando controlas tu interior. Es así que cuando aprendemos a adaptarnos podemos ser mucho más resilientes, lo negativo es que también podemos caer en un proceso de resignación.

Es por eso que en la adaptación se requiere de mucho control interno, así como inteligencia emocional.

Qué se puede hacer entonces?

Si te das cuenta que eres de esas personas que han estado intentando controlarlo todo, tal vez es un buen momento para hacer una pausa en tu vida y empezar a buscar cómo puedes adaptarte tú al momento y la situación en la que estás viviendo. De esta manera dejarías de usar energía y malgastarla en algo que no se puede hacer y empezarías a tener control interno sobre la situación que estás viviendo.

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